DONDE EL CIPRÉS HACE SOMBRA
La muerte ha estado desde siempre con nosotros.
La carga pesada empezó hace tiempo.
Y yo no puedo soltar esas ataduras.
El agua no se niega a disolver
aún el cristal grande de sal.
Así, al mundo de los muertos
también los buenos bajan.
De Ewhes (África)
Antología de poesía primitiva de Ernesto Cardenal
Oye mi voz. Te prometo tendrás el cuerpo eterno, sin anhelos de querer ser otra cosa, más que polvo y amor. Después de dormir en la tierra, nadie perturbará tu sueño sobre el cauce amoroso que el silencio cubre con honda osadía. Aunque se apague tu luz vigilante, guardaré la promesa de redención, dónde el ciprés te hace sombra.
En este viaje de fin del sosiego, el dolor y el desencanto se desvanecen como el éter y quedo libre de la agonía de tener músculos y huesos. En el eco de la muerte del incrédulo se oye y escribe negro, como si el barco no llevara bandera de redención y su mástil no te guiara hacia el horizonte nuevo. En ese rugido sordo, solo la voz de Él arrebata. No muere quien tiene la luz de la palabra grabada en el alba
Ileana Hernández Grillet
No hay comentarios:
Publicar un comentario