Nuestros ombligos acompañan la soledad del cuerpo
Edda Armas
Venus transita desnuda
un fragmento del camino
instalada en su silencio
busca libertad
erotismo de primavera
anclado en la experiencia
cinco es el número en la estrella
sus elementos convergen
éter embriagante
fuego que quema
agua indómita luz y viento
en invierno pierde el paso
en un bosque esmeralda
la sombra anula el color
la tierra vacila jadeante
herida por la noche
la rutina es un fantasma que acecha
el ojo parpadea inútil
inquieto examina el espacio
dibuja la orgía
soy ese número cinco
pentagrama de placer
asomado al laberinto inmutable
de una quimera que arroja llamas
quebranta sueños
en el espejo de la ilusión
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